Al comenzar una nueva temporada cestera en Valparaíso, se plantea la interrogante acerca del desarrollo o no de la actividad en la zona. Es absolutamente valido pensar en que la debacle que se ha vivido en los últimos años se seguirá dando, con la constante partida de jugadores a reforzar otras competencias, la pobre competencia interna y una débil competencia fuera de los límites regionales.
Sin embargo, sobre este ultimo punto se basa la esperanza de resurrección de este importante deporte, ya que la creciente liga nacional, que este año cuenta con la participación de 18 equipos de los cuales 4 son representativos porteños( Sportiva Italiana, Club Unión Árabe, Club Unión Española y la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso), se vislumbra como la vía de desarrollo para los equipos locales, ya que permite tanto un mayor roce a sus jugadores, como un mayor volumen y calidad de encuentros a cada institución con lo cual se mejora ostensiblemente el nivel de la competencia domestica.
Otro punto destacable dentro de este nuevo panorama cestero, es el trabajo en series menores donde cada vez son más recurrentes los llamados a selecciones nacionales de integrantes de las plantillas porteñas con sobresalientes rendimientos.
A pesar de este auspicioso panorama, el contraste se hace evidente al revisar la deficiente competencia que existe en la asociación de basquetbol porteña, puesto que la deficiente calidad de los equipos (salvo Sportiva Italiana y Árabe) hace del torneo algo monótono y sin real disputa entre las escuadras.
La temporada 2009 del basquetbol local, no se puede pasar por alto el nivel de influencia que puede tener la incursión en dimayor de escuadras viñamarinas como Everton y el colegio Sagrados Corazones, quienes sin duda, le han dado un realce a la actividad en nuestra región, provocando el retorno del publico a los gimnasios locales atraídos por este hermoso deporte, es de esperar que Valparaíso sepa sacar frutos de su enorme cantera de jugadores y de los aspectos externos como el recientemente señalado, en pos de lograr un auge que se espera por más de dos décadas en nuestros cestos.
Todos estos proyectos podrán ser llevados a cabo solo si la empresa privada del sector se decide y apoya este tipo de iniciativas como ocurrió en Viña, de lo contrario se estaría dejando pasar una de las ultimas grandes oportunidades de recuperar el sitial que Valparaíso supo ganar.
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