
Entrenadores
El trabajo de los entrenadores de futbol en nuestro país ha venido sufriendo un cambio vertiginoso en los últimos dos años, con la llegada de Marcelo Bielsa a la selección, fue el primer paso hacia el verdadero profesionalismo.
Su llegada ha provocado un cambio de mentalidad tanto en los jugadores, como en el publico, que conciben ahora como un profesional de la actividad, solo a aquel que se dedica por entero a su trabajo y ya no tolera actitudes que fueron recurrentes en otra época que hablaban de un futbol chileno en franca decadencia.
Este cambio de mentalidad provocó que los clubes comenzaran a buscar este perfil de entrenador para comandar sus proyectos deportivos y es así como hoy en día cada vez es más recurrente encontrar entrenadores de prestigio dirigiendo en el medio local. Se acabó la relación de amistad con el jugador y con los medios, y se buscó una relación de profesional a profesional, mejorando el nivel de juego, la exigencia de parte del público y el debate en torno al deporte.
Sin embargo, ante esta ola de cambios, nuestro país sigue manteniendo una cuenta pendiente y que quizás sea el mayor problema de nuestro futbol, que es la precaria formación de menores, principalmente por la falta de recursos, pero también por la falta del profesionalismo que tanto se elogia a nivel adulto.
En series menores se puede ver aún esa patética actitud de parte de los dirigentes, donde se elige a los entrenadores por el grado de amistado influencia dentro de un club, por sobre las capacidades profesionales necesarios para formar a un jugador tanto como deportista como persona.
Otro punto que merece ser revisado es la destinación de los recursos, sobre todo en equipos denominados “chicos”, donde la formación de menores queda relegada de manera total olvidando que éstos serán el patrimonio futuro del mismo club. Esto habla claramente de falta tanto de profesionalismo, como de gestión y es por esto que estos equipos aún no dan un salto de calidad para abandonar la mediocridad.
Este salto de calidad, y está demostrado, sólo lo da el trabajo y el profesionalismo.
R.G.